martes, 30 de marzo de 2010

Coalición Cívica - ARI: El camino hacia la democracia y la independencia republicana

El 24 de marzo de 1976, se inició un proceso de detrimento de las instituciones de la sociedad, los valores éticos y morales arraigados en nuestra cultura nacional y popular, y el fin de un país basado en los principios de la democracia, el federalismo y la República. Un país sumergido en una crisis económica, política y social pierde la esperanza y se sucumbe ante el temor, ante la injusticia y el autoritarismo, bajo el concepto de "hacer a la seguridad nacional" y ponerle un fin al terrorismo que se presenta como una amenanza inminente. Pero la solución, el rumbo que escogió un sector privilegiado y no representativo de la sociedad, terminó destruyendo cualquier rumbo de modelo de un país integrado, desarrollado, con justicia y seguridad para sus ciudadanos y habitantes que hagan al cumplimiento de la Constitución Nacional y las leyes que de ella derivan. Con el fracaso del Gobierno de Isabel Martínez de Perón, primera mandataria en ocupar la Presidencia de la Nación, las autoridades del alto mando de las Fuerzas Armadas hacen posesión del Estado Nacional y todas sus competencias, derogando la Constitución Nacional y clausurando el Congreso de la Nación por tiempo ilimitado, con el fin de combatir a la subversión creciente, cual tiene origen en 1967 y su auge ocurre en 1974. Ningún acto que propenda a la violencia, a la justicia imparcial sustentada por el aniquilamiento y la desaparición, puede ser considerado un acto de heroismo digno de ser. Los remanentes de la violencia; las víctimas. Las víctimas del accionar militar y las víctimas de los atentados guerrilleros carecen de diferencia alguna; son víctimas de la delincuencia, de la ruindad social y moral. La pérdida de más de 30.000 familiares que se encuentran desaparecidos; y quienes no están desaparecidos, yacen difuntos sin justicia, porque han sido excluidos, omitidos; olvidados, por razones políticas e ideológicas de los gobierno de turno. Cuando recordamos aquel pasado, que no debemos olvidar, pero que tampoco debemos sobredimensionar y permitir que vuelva a suceder, se nos viene a la mente una frase que refleja determinación y solidez ciudadana en cuanto a la necesidad de un proyecto de país en paz, armonía, democracia, república y justicia: Nunca Más. Ese Nunca Más, no es más que un manifiesto social, al que nosotros interpretamos como el deseo y la voluntad de ponerle un fin a la impunidad, a la corrupción, al autoritarismo, a los golpes de estado, a la injusticia, a la inseguridad institucional, a los atentados, a los desaparecidos, a las guerrillas, a la opresión, a la persecución, a la mediocridad, a la mendacidad, al desentendimiento y fragmentación del pueblo argentino, quien en su amplio espectro y perspectivas, fue víctima de aquellos episodios luctuosos ocurridos en la década de 1970.

Con el regreso de la democracia, ante la caída del proceso y su fracaso ante la recuperación de las Islas Malvinas, el Dr. Raúl Alfonsín instó a juzgar a los responsables del golpe de estado, de la administración nacional del Estado y de la gesta de las Islas Malvinas. Con el Juicio a las Juntas Militares, Alfonsín promovió un proyecto de país consolidado, cuya base fuese la fraternidad y la paz social. Con el fin de propender a la Reconciliación Nacional, el Dr. Raúl Alfonsín daría amnistía a los militares y guerrilleros, para dejar el pasado en el lugar respectivo; atrás. Pero no lo entiendieron e indultaron a los execrables. Y siguió el desentendimiento y la división de la sociedad. No bastó con el fin de la sublevación de Semana Santa de 1987, cuando Alfonsín convocó a todas las fuerzas políticas para garantizar el sistema democrático, republicano y federal. Ese mismo pueblo que se convocó a Plaza de Mayo, es el pueblo que debe luchar por la unidad y la paz social del país, para que el porvenir pueda construir con vista al futuro y los pies en el presente.

El 02 de Abril de 1982, finaliza la Guerra de Malvinas, con la derrota de las tropas argentinas y la ocupación total de las fuerzas británicas sobre las Islas. Esta ocupación permanece de forma ininterrumpida y hasta el día de la fecha, no hemos encontrado solución al conflicto para honrar a los héroes caídos en combate. La recuperación de las Islas, solo se dará mediante el diálogo, la justicia internacional y la negociación pacífica, constante y permanente entre Gran Bretaña y la República Argentina, teniendo como intermediarios los organismos internacionales y países que tengan influencia en la temática, tanto Estados Unidos, Chile y Brasil. Como establece la Constitución Nacional en la primera disposición transitoria, debemos accionar por la defensa de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas y los espacios marítimos e insulares correspondientes, en honor a nuestros héroes nacionales, que lucharon con los escasos recursos que disponían.

La Semana Santa (Pascuas y Pásej) no es exclusivamente un día religioso, sino una fecha nacional para la reflexión y el repensar de un país para todos y de todos. Muy feliz Pascua, muy feliz Pásej.


Jóvenes en la Coalición Cívica ARI
Provincia de Buenos Aires - Vicente López